Saltar al contenido

Aprende a discutir en pareja sin perder el control

«¿Se puede aprender a discutir en pareja sin perder los nervios?»

Se dice que la comunicación es un elemento fundamental en las relaciones de pareja y es verdad. El problema viene cuando la comunicación de nuestras diferencias acaba en peleas en las que sentimos que no hemos llegado a ningún acuerdo y, peor aún, acabamos haciéndonos daño.

Puede haber discusiones productivas que nos hagan resolver diferencias, respecto a estas discusiones no tenemos nada a decir. No se trata de dejar de discutir. Las discusiones son necesarias en una pareja, se trata de aprender a no perder los papeles cuando lo hacemos.

Tipos de parejas

Hay parejas «de mecha corta» donde una simple queja puede pasar a convertirse en una mordaz crítica y sin darse cuenta ambos acaban envueltos en una fuerte discusión con desprecios e incluso insultos. En caliente se puede faltar al respeto y decir cosas que pueden acabar pasando factura a la relación: distanciamiento, días sin hablar, malas caras, desprecios, etc.

Otras parejas, en cambio, por tener una convivencia pacífica prefieren evitar esos temas peliagudos y van acumulando malestar, tensión y frustración sin decirse nada. Acaban creando una olla a presión que acaba saltando el día menos pensado de una manera desproporcionada provocando sorpresa y malestar. Entonces viene cuando uno de los dos dice: “eso fue la gota que colmó el vaso, exploté”.

Son dos extremos de un asunto que no resulta fácil, aunque lo que sí tenemos claro los psicólogos especialistas en pareja es que intentar resolver cualquier desacuerdo en caliente es garantía de más tensión y malestar. También es cierto que hablar tranquilamente de nuestras diferencias con una actitud comprensiva no siempre es posible. Entonces, ¿cómo resolvemos las diferencias?

Pautas para discutir en pareja sin perder el control.

1) VUÉLVETE EXPERTO/A EN DETECTAR SIGNOS DE MALESTAR.

Muy a menudo no hacemos caso a las señales de malestar que tenemos. Esto hace que el malestar vaya acumulándose como una bola de nieve que baja una montaña y cada vez coge más material por el camino. Es importante que cuando detectemos algún malestar, distanciamiento o diferencias importantes en nuestra pareja seamos sinceros con nosotros mismos y no escurramos el bulto.

Afrontar los problemas cuando los empezamos a percibir nos da mayor probabilidad de gestionarlos con éxito. Si no lo hacemos tienden a enquistarse y nuestro resentimiento se va acumulando.

Para esto debemos permanecer sensibles a la relación y atender a las señales. Podemos preguntarnos periódicamente: ¿cómo me siento respecto a mi pareja? Y si notamos algo diferente, preguntarnos: ¿Qué está pasando? ¿Nos hemos distanciado? ¿Tenemos la misma complicidad de antes? Cuando notemos alguna señal es importante no dejarla pasar, prestarle atención y tomar nota. Pero antes de expresársela a tu pareja, ten en cuenta el punto 2.

2) RESOLVER COMUNICANDO.

Se trata de resolver, no de hacer un problema más grande. Por lo tanto, es importante pensar en cómo vamos a comunicar nuestra queja. Se trata de que al otro le llegue lo que le queremos decir, transmitir lo que a uno le molesta de una manera clara y respetuosa teniendo en cuenta al otro. Es decir, que yo tenga una queja o malestar no me da derecho a expresarla sin pensar en el otro. Éste acostumbra a ser el punto más problemático. Acostumbramos a perdernos en nuestro malestar y no nos acordarnos de la persona que tenemos delante.

Puedes usar estrategia básica de comunicación: Utiliza frases que empiecen por “yo”, no por “tú”. Si empezamos diciendo “es que tú nunca me haces caso” estamos culpando al otro y lo más probable es que se ponga a la defensiva. Piensa en cómo podrías decir esto mismo empezando por “yo”.

3) SI LA DISCUSIÓN SE NOS HA ESCAPADO DE LAS MANOS, «¡PISAD EL FRENO!”

Muchas parejas llegan a consulta porque no saben gestionar las discusiones y estas acaban siendo batallas donde dicen cosas para herir al otro, aunque después se arrepienten de haberlas dicho. Todos podemos llegar a perder los papeles, pero es importante aprender a leer las señales que el cuerpo nos da y no pasarlas por alto. 

Cuando nos alteramos, nuestro sistema nervioso nos da señales que está activándose:

  • se nos acelera el pulso,
  • sube la temperatura,
  • respiramos con más frecuencia,
  • tensionamos diferentes partes del cuerpo (mandíbula, puños, hombros, etc).

Muchas personas notan una opresión en el pecho, un nudo en el estómago o la cabeza a punto de estallar. Lo importante es volvernos expertos en detectar las primeras señales. Son señales que nos indican que la tensión está subiendo y si seguimos es un probable que nos dejemos secuestrar por la rabia y sea ella quien hable por nosotros. Más vale echar el freno, calmarnos y dejar la conversación para otro momento.

4) PACTA UNA SEÑAL CON TU PAREJA

Pactad una señal donde ambos podáis indicar al otro que os estáis alterando y no podéis continuar con la conversación. Es importante pactar una palabra clave tipo «stop», «tiempo muerto», que indica que debemos dejar de hablar y separarnos hasta que estemos más tranquilos.

Es importante que ninguno de los dos siga al otro o se empeñe en continuar la conversación, ya que esto solo empeorará la situación. Si es necesario sal de casa a dar una vuelta para tranquilizarte.

5) MEJOR PREVENIR

Muchas de las tensiones en el día a día de una pareja se pueden subsanar si cada uno hace pequeños gestos para que el otro esté a gusto y se sienta tenido en cuenta. Eso quiere supone estar receptivo y ser sensible a lo que el otro puede necesitar.

Se trata de tener una cuenta de ahorro de intercambios positivos. Estos ahorros que nos ayudan a poder mostrarnos más positivos y conciliadores, aún en los momentos que estamos molestos con el otro. Si yo tengo una cuenta con bastantes ahorros, en momentos de crisis puedo tirar de ellos, pero si mi cuenta está vacía es mucho más fácil que me suba al carro del resentimiento y la rabia.

La mejor prevención: cuidaros mutuamente

Se trata no sólo de aprender a comunicarnos mejor en el momentos de las discusiones, sino de ser conscientes que todas las interacciones cuentan. Si sentimos que nuestra pareja es nuestro amigo/a, que nos conoce, que somos importantes para él/ella es porque en el día a día tenemos actos que nos lo demuestran. Si esto sucede es mucho más fácil poner en marcha algunas de las técnicas que hemos mencionado. Si esto no es así en tu caso, aparte de mejorar las técnicas de comunicación sería positivo que recuperaras el vínculo con tu pareja y aprendierais a cuidaros mutuamente.

María Martín Santacreu. Col 15745

Pablo Quiroga Vicuña. Col. 14679

Psicólogos Especialistas en Terapia de Pareja